La idea de realizar esta sesión fotográfica de embarazada en una viña nació de la propia María Paz, quien me contactó a través de facebook a principios de abril porque estaba interesada en que fotografiara el nacimiento de su hijo en Santiago. En ese entonces Alonso tenía 29 semanas de gestación, así es que durante más de un mes nos enviamos cientos de mensajes para afinar los detalles, entre ellos, la elección de la viña: Cousiño Macul.
Cuando entré por primera vez a la bodega de esta centenaria viña, las velas estaban encendidas para los visitantes, y aunque María Paz y Fabián no estaban en el lugar todavía, la foto de la izquierda fue la primera que se formó en mi retina. Creo que dí un grito de felicidad mientras bajaba los escalones, ya que la locación era más de lo que podría haber imaginado. Para qué decirlo, el candelabro con el que me encontré al doblar el túnel me dejó sin aliento.
Hacía algún tiempo tenía ganas de crear algunas fotografías más dramáticas en torno al embarazo, y este lugar era perfecto. Tenía fuego, misterio, pasión, olor a tierra, humedad y oscuros túneles donde las barricas de guarda se sucedían unas a otras sin un final visible. María Paz, dejando a un lado sus preciosos zapatos de taco, observa su pancita de embarazada junto a su marido Fabián.
También aprovechamos el bar para tomar algunas fotos de esta pareja de futuros padres junto a su primer hijo.
Fuera de la bodega nos esperaban pacientemente Silvia y Rita, abuela y bisabuela de Alonso respectivamente. Mientras el tour de la viña pasaba por las bodegas y otros sectores, nos dirigimos a los jardines. Hicimos un pequeño cambio de vestuario para ponernos más a tono con el entorno otoñal y les pedí a estas dos mujeres que posaran junto a la guatita de embarazada de María Paz.
El lugar nos brindó un telón de fondo con tres robustos árboles.
Cruzando el sendero nos encontramos con este antiguo artefacto (¡no sé qué es!) y Fabián, con su nueva tenida ad hoc, rápidamente asumió su personaje campestre.
Y bueno, a este personaje campestre se le ocurrió la buenísima idea de lanzar muchas hojas al viento, y ¿qué más apropiado para un bebé de otoño? ¡Perfecto! Después de un par de intentos y risas incontrolables al por mayor, nos salió esto :-D
La rueda del… llamémoslo arado aunque tengo mis dudas… sirvió de excusa para otra bella metáfora sobre los ciclos, sobre el remover la tierra para sembrar y dar frutos.
Esta es mi favorita. Mujer, madre, tierra. Es para arrodillarse frente a tí…
Claro que, como en la vida, los momentos serios y solemnes de contemplación a veces son interrumpidos por una carcajada. Como cuando María Paz cayó en la cuenta de cuán seriamente Fabián había tomado sus consejos para la sesión de fotos, y simplemente, se largó a reir. ¡Lindos!
Cuando estábamos en esta creo que les dije que se veían hermosas y Rita, a la derecha, dijo con una seguridad envidiable que se lo debían a ella. Obvio.
En uno de los muchos mensajes que nos enviamos en facebook, María Paz me dijo “mi familia es muy especial”. Lo maravilloso de este trabajo es que puedo conocer y capturar pedacitos de la vida de estas personas, en momentos en que sus vidas están llenas de alegría por la llegada de un nuevo integrante.
Esperando a Alonso, en sepia.
Cuando culminó el tour en la viña pudimos ingresar a otra bodega. Teníamos pocos minutos antes de que cerraran, así que el cambio de ropa debía ser rápido. Los bototos de María Paz quedaron tirados en el piso junto a su falda, y justo en el momento en que Fabián entró vi esta silueta. Tuve que pedirles que mantuvieran la pose (o sea, natural natural… no fue) pero quedó linda igual.
Por el techo de la bodega se colaban tenues rayos de luz a pesar de que afuera estaba nublado. Fue suficiente para esta imagen de los futuros padres mirando al cielo y con la luz modelando la pancita embarazada de María Paz.
Esta me encanta también. Tiene olor a madera y color caramelo… esa barriguita parece un bombón.
Ñam!
Una con mamá para terminar. He de decir que esta abuela se pasó pa’ regia.
Ah! No les había contado algo fundamental sobre esta pareja. ¿Qué creen? Claro, son fanáticos, pero fanáticos de Colo Colo. Apasionados a más no poder. De los que van a todos los partidos… ¡si hasta se conocieron en uno! Obviamente esta foto no podía faltar.
Y recuerden esta diminuta camiseta, porque gracias a la magia del blog y a que me demoré una eternidad en publicar estas imágenes (uff), en el siguiente artículo les presentaré al pequeño Alonso. Así no más, qué nueve meses!