Mariana me escribió a mediados del mes de junio cuando su tercer retoño Joaquín tenía 35 semanas de gestación. No estaba segura de si yo estaría dispuesta a viajar a San Francisco de Limache para realizar su sesión de fotos de embarazada en el Parque Brasil de esa ciudad, junto a sus dos hijos mayores y su marido. El sábado de esa semana tomé el metro hasta la última estación, y me reuní con esta divertida familia de 5, donde mi tocaya es reina.
Comenzamos con Nicolás (12) y Benjamín (6) sentados junto a su madre en un voluminoso árbol en el centro del parque. Después de algunas tomas con su hermanito dentro de la panza, ambos decidieron que era más entretenido escalar el árbol que posar para una foto y pronto se perdieron entre las ramas.
Mientras yo les pedía a Mariana y Álvaro que se dieran un beso por tercera vez pues no alcanzaba a captarlo, pregunté por qué se daban besos tan cortitos, y desde las alturas Nicolás me respondió “es que están acostumbrados”. Sus padres soltaron una carcajada.
Pronto nos movimos a otros sectores del parque. En el puente de madera al costado sur, Mariana y su hijo Benjamín compartieron un tierno momento (abajo).
Por primera vez conté con un abuelito en una sesión de embarazada. Este caballero de sombrero negro caminaba silencioso detrás de los niños sin perderlos de vista, y quizás pensó por un minuto que se escaparía de las fotos… pero no. Aquí Mariana posa junto a su padre.
Y bueno, una de las misiones de los abuelos en la familia es contar historias. Aquí vemos el momento en que este abuelito relata cómo una misma paloma se las ingenió para hacer caca dos veces sobre el hombro de Álvaro mientras esperaba que sacáramos estas fotos. Jajaja, me acuerdo y me da risa :-D
Un instante con los machos mientras mamá se cambiaba de ropa en el baño. Un trío que sólo dos semanas más tarde se convertiría en un cuarteto.
Mientras los niños descansan junto a su hermano, mamá y papá finalmente encuentran tiempo para un beso.
Mariana con Joaquín en la guatita, retratada en la Pérgola Gabriela Mistral. Preciosa.
Estas dos imágenes me encantan. La de la izquierda me recuerda a las manadas de leones cuando duermen.
Esta última foto casi no sucede. Nos estábamos despidiendo, los niños ya dormían en el auto de tan cansados que quedaron, y de pronto nos acordamos que en ninguna foto había aparecido la panza. Me había gustado tanto el vestido floreado de Mariana y los colores brillantes de su otra tenida que simplemente no se me había ocurrido. Rápidamente hicimos un cambio de vestuario y estas últimas imágenes de Joaquín a pocos días de nacer.
